Cómo contar una historia que funcione (la tuya por ejemplo)
Las grandes historias tienen éxito porque son capaces de capturar la imaginación de audiencias grandes o importantes.
Una gran historia es auténtica. No necesariamente porque sea real, sino porque es consistente y auténtica. La gente es buena para oler inconsistencias.
Las grandes historias prometen. Prometen diversión, seguridad o un camino. La promesa debe ser audaz. Es excepcional o no vale la pena escucharlo.
Se confía en las grandes historias. La confianza es el recurso más escaso que nos queda. Nadie confía en nadie. La gente no confía en las mujeres despampanantes que piden vodka en el bar de la esquina (la compañía de vodka les paga o esperan que les pagues tú). La gente no confía en los portavoces. Y por supuesto no confían en las empresas que fabrican productos farmacéuticos. Así, ningún vendedor tiene éxito al contar una historia a menos que se haya ganado credibilidad.
Las grandes historias son sutiles. Sorprendentemente, cuantos menos detalles se detallan, más poderosa se vuelve la historia. Los comunicadores detalento entienden que permitir que la gente saque sus propias conclusiones es mucho más efectivo que anunciar la línea de golpe. Neuromárketing.
Las grandes historias van rápido. Las primeras impresiones son mucho más poderosas de lo que creemos.
Las grandes historias no siempre necesitan folletos en color de ocho páginas o una reunión cara a cara. O estás listo para escuchar o no lo estás.
Las grandes historias no apelan a la lógica, pero sí apelan a nuestros sentidos. Las feromonas no son un mito. La gente decide si le gusta alguien sólo con olerle.
Las grandes historias rara vez están dirigidas a todo el mundo. La gente promedio es buena pasando de ti. La gente promedio tiene demasiados puntos de vista diferentes sobre la vida y la gente promedio es feliz en general. Si necesitas diluir tu historia para atraer a todos, no atraerás a nadie.
Las historias más eficaces coinciden con la visión del mundo de una audiencia pequeña, y luego esa audiencia difunde la historia. Los famosos marcos mentales.
Las grandes historias no se contradicen a sí mismas. Si tu restaurante está en la ubicación correcta pero tiene el menú equivocado, pierde. Si tu galería de arte lleva a los artistas adecuados, pero tus empleados están sacados de un desgüace, pierde. La gente es muy lista y te cogerán rápido en el engaño.
Sobre todo, las grandes historias están de acuerdo con nuestra visión del mundo. Las mejores historias no enseñan nada nuevo a la gente. Las mejores historias están de acuerdo con lo que la audiencia ya cree y hace que los miembros de la audiencia se sientan inteligentes y seguros cuando se les recuerda lo acertados que estaban.