Gordofobia

El modo en el que tratamos a una polilla frente a como tratamos a una mariposa, no es más que una demostración de los privilegios de ser bonito.

Lo que dice la Secretaria de Estado de Igualdad sobre el señalamiento a los gordos se enmarca dentro de una estrategia retórica de poder posmoderna basada en el la lucha entre grupos.

En un inicio fue el marxismo quien descubrió que eligiendo una bolsa de víctimas históricas (lo fueran o no, lo importante es que te sintieras víctima) y ofreciéndote a abanderar su lucha, el poder caía en tus manos como fruta madura.

Después vino la lucha de sexos (el hombre como opresor), de razas (el blanco como opresor), de orientación sexual (el heterosexual como opresor), de religión (el cristiano como opresor). Se plantea la afrenta y se convence a la víctima de que hay un verdugo que impide su felicidad porque su sexo, raza, orientación o religión (o ausencia de ella) le define como persona y como víctima, y luego se le convence de que ellos les salvarán.

Ahora le ha tocado a los gordos. Antes entendíamos que la estética era un reflejo de la fuerza de voluntad, y que la tendencia a buscar la belleza externa e interna era intrínseca del ser humano. Ahora Pam ha elegido a los gordos como su próxima víctima y se ha lanzado a defender sus derechos para buscar sus votos, y los tendrá, junto con su infelicidad.

Siempre que te preguntes por qué los partidos con raíces marxistas se posicionan ridículamente del lado de determinados grupos, obsérvalo desde la perspectiva de esta lucha de clases.

Marcial Cuquerella

(España, 1977). Ingeniero Informático. Ingeniero Industrial. MBA. Toda la vida profesional dirigiendo empresas de contenidos y ahora volcado en el mundo del emprendimiento.

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